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¿Qué es y cómo funciona una incubadora de negocios?

La necesidad y ganas que tengas para materializar alguna de tus grandes ideas como emprendedor no siempre es suficiente para alcanzar el éxito. Como bien hemos explicado en artículos anteriores, es importante el uso de herramientas como el análisis del mercado o ámbito a desenvolverse en conjunto con recursos económicos y otros elementos.

Por dichos motivos es por lo que la mayoría de jóvenes y no tan jóvenes se rinden o dejan atrás sus sueños al ver que “la cuestión no era como se lo imaginaban”, sobre todo si no cuentan con asesoría de algún experto.

Sin embargo, existe una herramienta eficaz a la hora de impulsar el desarrollo de tus ideas y que finalmente puedas convertirlas en resultados en concreto. Estas se tratan de las incubadoras de negocios o de empresas ¿Qué son? ¿Cómo se utilizan? Aquí te vamos a contar con todos los detalles lo que debes saber.

Las incubadoras de negocios no son más que son un modelo económico para impulsar ideas de emprendimiento, no solo a través de asesoría sino también ofreciendo los suficientes recursos como para que el emprendedor logre concretar y alcanzar sus metas.

Para tener una mejor idea y un concepto preciso, citemos a la Universidad Tecnológica de México la cual dicta que:

“La incubadora de empresas está enfocada al desarrollo de habilidades emprendedoras dando acceso a cualquier persona interesada en crear una empresa formal y con bases sólidas para ingresar al mercado…”.

Analizando lo anterior, está claro que como una de las principales metas de servicios de una incubadora de negocios es el poder introducirte de forma más “relajada” al mercado. Ahora conozcamos otros aspectos más del tema con igual relevancia.

Las etapas pre, mezzo y post de la incubación de empresas

Para acudir a una incubadora de negocio necesitas contar con diferentes aspectos ya “bosquejados” de tu futura empresa. Así que deberás tomar papel y lápiz o cualquiera que sea tu forma de plasmar información para tener claros aspectos como:

  • Objetivos
  • Misión y visión
  • Demografía que atacar
  • Recursos necesarios (estimación)
  • Cronograma de actividades

Posterior al proceso de recolección de datos y formulación de ideas, es cuando debes contactar con una incubadora. El grupo de expertos iniciará a llevar a cabo la etapa de selección de proyectos por un comité, si no es aprobado, recibirás asesoría para darle “mayor forma a tus ideas” y así sucesivamente hasta que logre ser lo suficientemente sólido como para abordarla.

Lo anteriormente mencionado es lo que se conoce como “pre-incubación”. Como su nombre lo indica, incluye todas las actividades que preceden el inicio en concreto de una buena incubación.

Lo más importante es tener claros tus objetivos y que tu propuesta sea realmente atractiva tanto para el comité seleccionador, como para por supuesto el mercado al que piensas dirigirte.

Durante el proceso propio de incubación, recibirás ayuda financiera, técnica e incluso podrían dotarte con personal capacitado o espacio físico de ser requerido. Adicionalmente, todo proceso de incubación va acompañado de un buen plan de mercadotecnia o gestión financiera.

Las mejores incubadoras de negocio son aquellas que te guiaran a través de las tres etapas básicas, la pre y post incubación no van desligadas del proceso propio mezzo o medio (la espina dorsal). La post-incubación no es más que una etapa de seguimiento en la que la institución mide a través de un periodo no mayor a los 12 meses el rendimiento de la empresa recién “empollada” por así decirlo.

Es muy común el tener cierta confusión entre términos como “aceleradora de empresas” y la mencionada incubadora. Lo mejor es evitar caer en dicha incertidumbre, para ello aquí te aportamos información útil:

Las aceleradoras son pequeños planes, en base a cortos periodos para aumentar el nivel de producción que tenga una empresa, generalmente ya establecida. ¿Notas diferencias? ¡Pues claro! El tema central del artículo, es decir, las incubadoras son esenciales para negocios en plena formación, ideas, planes, proyectos o pequeñas empresas, por el contrario, a las mencionadas aceleradoras que ya son para negocios establecidos de cierta manera.

Pues bien, ahora prosigamos a nombrar algunas de las tantas ventajas que tiene el contratar a una buena incubadora para formar tu negocio; las mismas se exponen a continuación:

  1. Te permite tener mejor conocimiento de a dónde quieres llegar con tu empresa.
  1. Generalmente, las instituciones que se dan la tarea de realizar la incubación de empresas permiten que sus clientes tengan mayor facilidad de contacto con redes de clientes, proveedores e incluso futura competencia. Es lo que se conoce como networking.
  1. Una clara ventaja es el hecho de llevar una planificación inicial muy sólida de la mano de expertos en finanzas, gestión de proyectos y otras áreas. Tener una buena base previene declives empresariales que afectan al menos al 70% de las empresas en sus primeros dos años de vida (aunque parezca fatalista, es la realidad).

No obstante, a pesar de ser muchas ventajas es importantísimo mencionar que no todas las empresas “graduadas” por incubadoras suelen tener éxito. Recordemos que luego de un buen impulso es importante mantener el ritmo inicial mediante técnicas de buena gestión y sobre todo, tener ese ojo clínico al momento de realizar las primeras inversiones (las cuales tienen un gran peso en el futuro de la recién formada organización).

José Alejandro Silva Rodriguez

Amante de las buenas cosas de la vida. Emprendedor del internet, freelancer y actualmente redactor en Blogfinanzas.net. Me apasiona lo que hago, y por eso pongo empeño en cada paso que doy. Me encanta también la tecnología, gadgets, y todo lo relacionado con el mundo digital.

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